¿Cuantas veces nos hemos arrepentido de haber dicho algo malo o de hacer sentir incomodo a algún Familiar o Amigo?
Muchas veces sin querer ofendemos a las personas que más queremos, no por que queramos, si no por que simplemente no podemos Manejar nuestros Estados de Ánimo y de esta manera sin querer, en algunas ocasiones a pesar de las disculpas el daño es irreparable...
Muchas veces le he contado esta Fabula a mas de un amigo, pero nunca la había escrito en mi Blog, bien hoy la comparto con todo mundo y espero que les sirva.
Había una vez un chico que tenía muy mal carácter.
Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que, cada vez que perdiera la calma, debería clavar un clavo en la puerta de la casa.
El primer día, el niño clavó 37 clavos..., al día siguiente 35, otro día 28. Pero, poco a poco, fue calmándose porque descubrió que era muchísimo más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la puerta.
Finalmente llegó el día en el que no perdió la calma para nada... y se lo dijo a su padre. Y entonces el padre le sugirió que por cada día que controlara su carácter, debería sacar un clavo de la puerta.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos... Entonces el padre llevó de la mano a su hijo frente a la puerta... y le dijo:
"Mira, hijo, has hecho bien, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron... La puerta nunca volverá a ser la misma de antes...
Cuando dices o haces cosas que duelen, dejas una cicatriz como este agujero en la puerta... Es como meterle un cuchillo a alguien: aunque lo vuelvas a sacar, la herida quedó hecha... No importa cuántas veces pidas disculpas, la herida está ahí... Y la persona nunca volverá a ser la misma"
PS: "Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella." Mateo Cap. 7 Vers. 14/15
Muchas veces sin querer ofendemos a las personas que más queremos, no por que queramos, si no por que simplemente no podemos Manejar nuestros Estados de Ánimo y de esta manera sin querer, en algunas ocasiones a pesar de las disculpas el daño es irreparable...
Muchas veces le he contado esta Fabula a mas de un amigo, pero nunca la había escrito en mi Blog, bien hoy la comparto con todo mundo y espero que les sirva.
Había una vez un chico que tenía muy mal carácter.
Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que, cada vez que perdiera la calma, debería clavar un clavo en la puerta de la casa.
El primer día, el niño clavó 37 clavos..., al día siguiente 35, otro día 28. Pero, poco a poco, fue calmándose porque descubrió que era muchísimo más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la puerta.
Finalmente llegó el día en el que no perdió la calma para nada... y se lo dijo a su padre. Y entonces el padre le sugirió que por cada día que controlara su carácter, debería sacar un clavo de la puerta.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos... Entonces el padre llevó de la mano a su hijo frente a la puerta... y le dijo:
"Mira, hijo, has hecho bien, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron... La puerta nunca volverá a ser la misma de antes...
Cuando dices o haces cosas que duelen, dejas una cicatriz como este agujero en la puerta... Es como meterle un cuchillo a alguien: aunque lo vuelvas a sacar, la herida quedó hecha... No importa cuántas veces pidas disculpas, la herida está ahí... Y la persona nunca volverá a ser la misma"
PS: "Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella." Mateo Cap. 7 Vers. 14/15
10 comentarios:
Hola Rianvanu, muy bonita la fábula que has puesto. Ya conocía, creo que en el taller de salud donde voy todos los martes, nos la leyó la persona que nos da el talle.
Y sí es cierto cuando hacemos daño a alguien con la palabra, aunque pidamos perdón la herida queda ahí. Por eso muchas veces, la mejor palabra es la que no se dice.
Saludos
Gracias por tomarte el tiempo de comentar, me encanto Tu Fotografía y por eso me anime a publicar esta fabula.
Saludos y sigue sorprendiéndonos con tus lindas fotos.
Un gran cuento y una gran reflexión, las heridas curan, pero las cicatrices quedan, ojalá pensásemos dos veces las cosas siempre antes de soltarlas por la boca...
Que así sea, saludos.
Las palabras siempre marcan, mucho mas cuando vienen de una persona q para nosotros representa autoridad o un alto grado d amor, por eso es tan cierto que el silencio es muchas veces la mejor respuesta.
Lo malo es que una vez causado el daño no se repara ofreciendo una disculpa.
saludos
Estoy 100% de acuerdo contigo, muchas veces el silencio puede ser la mejor respuesta.
Saludos
Rianvanu ¿que es de ti?
No posteas y no sabemos nada de ti desde que que llegastes a la capital...
Cuentanos como te va.
Un Saludo
Desde pequeño siempre me dijeron...
"Si no tienes nada bueno que decir, guarda silencio"
Y en eso he estado últimamente, observando y acostumbrándome a todo.
Saludos y gracias por la preocupación.
Que cheveré esto si te hace pensar
FELICITACIONES!
Muchisimas Gracias....he buscado esta historia millones de veces...la escuché cuando era niña y es muy sabia...además debo agregar que la publicaste en tu blog un 21 de septiembre...fecha de mi cumpleaños...asi que mucho mejor...
saludos...y sobre todo GRACIAS...
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